El MBA DEL SIGLO XXI.
LA PARADOJA DE CONSTRUIR COMPETENCIAS PROFESIONALES ESTABLES BASADAS EN
EL CONOCIMIENTO INESTABLE
La
formación académica del Magíster en Administración (Magister in Business
Administración, MBA) en una escuela de postgrado de primer nivel tiene como resultado de la formación y adquisición de conocimientos
en las materias apropiadas que permiten
fortalecer y optimizar las competencias y capacidad profesional en la máxima
expresión. Es decir, un graduado en una escuela de negocios, debe ser capaz de
resolver problemas concernientes a su negocio, en cualquier circunstancia, usando
apropiadamente las herramientas conceptuales, tecnológicas y conocimiento adquiridos
durante el periodo de estudios.
Se
enfatiza el concepto “escuela de primer nivel” porque existen muchas escuelas en
países no desarrollados, donde la imitación no va más más allá del título
ostentoso y la presentación de planes de estudios o mallas curriculares
similares, pero que en cuestión de calidad académica y el nivel de exigencia a
los alumnos, tanto en el desarrollo de los cursos como en la presentación de la
tesis, están en las antípodas.
En
el caso de que exista la necesidad de ingresar en nuevo mercado, en un país
lejano y con un cultura diferente, el MBA que ocupe un cargo ejecutivo y debe
tomar la decisión, sabe que vender en ese país no es igual que vender en el
suyo, sabe que el aspecto legal, político, cultural existen peculiaridades para
las que debe responder con un adecuado
diseño o presentación del producto o servicio, con el cumplimiento de protocolos y normas específicas para la negociación; y cuando se
trata de aspectos cuantitativos , cuenta con las herramientas analíticas y
tecnológicas adecuadas que él , según su formación y experiencia, puede y debe
elegir.
Aparentemente,
el MBA puede enfrentar cualquier
situación de negocios y salir airoso.
Sin embargo, existen eventos en el entorno cuyo impacto supera la capacidad de
respuesta o hasta de comprensión del problema cuando se intenta abordarlo empleando
los medios actuales. El ejemplo más evidente es el de la tecnología de comunicación
y su relación con el marketing. Antes de la explosión de Internet y las redes
sociales, las empresas podían captar información de mercado mediante encuestas y
estudios de mercado limitados, el consumidor
apenas conocía detalles del producto o servicio a través de la misma empresa o
algunos medios de comunicación, de alcance limitado o local.
Hoy
por Internet, el consumidor sabe mucho más sobre productos o servicios que la
compañía misma porque accede a datos e información por medio de Internet y las
redes sociales. El ejecutivo, digamos un MBA que actúa como Gerente de
Marketing, que quiere saber la opinión y
deseos o expectativas reales de los consumidores o clientes debe extraer los
datos e información de esta red y procesarlos con recursos y procedimientos apropiados, los cuales quizás
nunca le fueron propuestos cuando estudiaba porque no existían.
¿Qué
se necesita para que el MBA esté siempre con las competencias actualizadas y
con la capacidad de tomar las decisiones apropiadas? La flexibilidad, humildad
y paciencia para aceptar que lo que sabía o sabe es temporal, limitado, cambiante
y que debe hacer el esfuerzo para
renovar continuamente su acervo de conocimientos.
El conocimiento
y las competencias profesionales
Las
mallas curriculares de las escuelas de postgrado están diseñadas de manera que
el alumno adquiere conocimiento y desarrolla capacidades en las distintas
áreas. La amplia experiencia y capacidad
de académicos y profesionales garantizan el balance entre las distintas orientaciones y áreas desde las relacionadas con los
recursos humanos hasta las que se enfocan en recursos materiales o financieros.
Sin duda, también el modo en que se enseñan o transmiten los conocimientos, la
forma en que los alumnos aprenden y comparten sus conocimientos, contribuyen al
descubrimiento y formación de habilidades y competencia profesionales que se
pondrán a prueba y fortalecerán en la actuación real en las organizaciones
donde son actores principales.
Una
tarea útil es la revisión continua y comparación de las mallas curriculares de
las escuelas a través de los años. Se observa que siempre permanecen los cursos
fundamentales (economía, finanzas, administración o gestión, métodos cuantitativos)
al la vez que se van presentado nuevos cursos o se van a transformando otros
para adecuarlos a la nueva realidad. Los
cambios también se presentan en los cursos fundamentales mediante el retiro o
adición de contenidos o tópicos. Es imposible dejar de lado el estudio de demanda o de la elasticidad precio de un bien,
pero ahora hay que entender que esta
demanda depende de nuevas variables, las
que hay que identificar, evaluar e incorporar en la función. La demanda tiene como variables
el precio de bien, el precio de sustitutos y complementarios, el ingreso, los
gustos; pero ¿cómo se maneja la información respecto a los hechos en tiempo
real y las decisiones que toma como efecto de su inserción e interacción en las
redes sociales?
Quien
se graduó de MBA a fines del SXX, para
citar solo un ejemplo, posiblemente aprendió estadística básica o intermedia, algunos
programas estadísticos o Excel, aprendió
que las regresiones o series de tiempo
podían darle respuestas en esos años; en la actualidad, si no sabe Analítica,
estadística avanzada multivariable y no conoce recursos informáticos más
sofisticados y específicos que Excel,
estaría fuera de contexto. Se presenta la paradoja de que el profesional con
grado MBA; gerente de Marketing no sabe usar
los datos del mercado concernientes a su producto o servicios, por ende, no
tomará las decisiones adecuadas. Pudo ser
el mejor alumno, graduado con honores, Summa cum lauden, pero si no se
actualizó no es mejor que cualquiera con un grado MBA o hasta sin él que se
encuentre al día en conocimientos.
Una
regresión estadística, lineal o multilineal basada en datos aportados por una
encuesta en tan primitiva como una computadora
que tuviera entre sus circuiros procesadores Intel 8080. Simplemente, no sirve y quien las usa, debe asumir
el costo de la imprecisión, falta de rigor y
descuido por obsolescencia profesional
¿Es
problema o debilidad profesional que debe atribuirse a la escuela de postgrado?
Jamás, porque el alumno estuvo en esa escuela cuando los recursos cognoscitivos
y tecnológicos que le ofrecieron eran los más avanzados y pertinentes. Los
temas actuales quizá sean la constante en esas escuelas ahora, de manera que
los alumnos actuales se forman bajo una nueva perspectiva. Para el antiguo
queda la obligación de correr detrás de ellos.
El
MBA del SXXI
Los
cambios posteriores y la exigencia de actualización le corresponden al MBA, la
capacidad de aprendizaje continuo es una exigencia para el profesional y si en
la escuela se forjó esa mentalidad, mucho mejor. El MBA estuvo en la mejor escuela,
y por lo tanto siempre tendrá las competencias profesionales actualizadas y
bajo el estándar más alto, porque “aprendió a aprender continuamente”.
Cuando
pasa el tiempo, el conocimiento en todas
las esferas se expande y para el
profesional que no está actualizado y se quedó en el pasado, surgen las dudas, los
cuestionamientos, la carencia de instrumentos para tomar decisiones en
contextos inéditos o nuevos, las confusiones y paradojas. Las herramientas conceptuales
y tecnológicas para actuar y decidir existen, están disponibles pero el profesional
ni las conoce o no entiende plenamente
sus posibilidades y limitaciones, está
obsoleto o desfasado. La gráfica 2 ilustra esta idea.
En
estas condiciones, las competencias profesionales
no son óptimas y muchas veces no son
adecuadas para el tipo de problemas que se presentan. Con algunas islas de certeza o conocimiento, el MBA no puede
actuar apropiadamente; comete errores o se paraliza por la inacción. La
figura muestra este hecho
Las competencias profesionales precarias equivalen en el
mundo actual dinámico, cambiante, interconectado, a la ausencia de competencias,
por lo que el MBA que se encuentra en esta situación puede ser calificado como
alguien que no lo es. Paradójico, pero real, la
capacidad y méritos para ocupar un puesto directivo ya no radican en el diploma o el documento que los
acredita como tales, sino en la actuación real presente. La figura 4 muestra
esta idea.
En la figura 5 se muestra la situación ideal, Las competencias
y habilidades profesionales están vigentes, sólidas y se apoyan en un conocimiento
que es a la vez firme y permanente como
conocimiento mismo, pero en cuanto al contenido es mutante, variable, continuamente
renovado. El MBA que adquirió esta habilidad, de “aprender y desaprender continuamente”, tiene a su
favor no solo el conocimiento que respalda sus análisis y decisiones de la
situación en su empresa, sino también la capacidad que le permite estar siempre
en la cima, en la cresta de la ola. Es un ganador absoluto en todo sentido.
La clave está en no ser obsoleto. La obsolescencia no está
solo en los equipos tecnológicos, como los celulares o los televisores, también
las personas pueden ser obsoletas por no
tener los conocimientos adecuados a la nueva realidad. Y aunque para muchos profesionales,
sobre todo, en países no desarrollados, la obsolescencia no es un
problema ya que tanto el país como las personas que residen en
ellas, no tienen ambiciones, para un MBA de primer nivel, la obsolescencia no
está permitida, es un pecado mortal y quien cae en este estado, sale del
mercado.
Se pueden entender que el conocimiento académico es como una
armadura, que el graduado siempre está en combate (tomando las decisiones que optimicen los procesos o permitan el logro de objetivos en
su organización) y que necesariamente esta armadura se desgasta, se corroe, se
altera y debe por lo tanto cambiarse continuamente.
Conclusiones
Los MBA de primer nivel reciben una formación académica rigurosa,
actualizada que proporciona los elementos conceptuales y analíticos necesarios
para abordar los problemas cruciales y cada vez más complejos en el mundo de
los negocios.
La evolución acelerada en muchos campos de la actividad
humana, especialmente en el tecnológico y del conocimiento, lleva a la pérdida
de vigencia de lo aprendido, por lo que para estar siempre en condiciones de actuar correcta y oportunamente, el MBA
debe renovar continuamente los conocimientos.
La creación de competencias profesionales fuertes y estables
radica en la adecuación al conocimiento inestable, cambiante, mediante el aprendizaje
y desaprendizaje continuos.
Para un MBA, nada hay más cierto como la expresión de Sócrates,
“Solo sé que nada se”. Y para saber siempre, hay que aprender continuamente. El
que quiere entender, que entienda.Enlaces recomendados
Amigos, buenas tardes. Adjunto enlaces de
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agradece comentarios y críticas, así
como la difusión.
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